miércoles, 9 de marzo de 2011

Miércoles de Ceniza



En el rito católico la imposición de la ceniza es realizada por el sacerdote sobre los fieles que asisten a misa, haciéndole una cruz con la ceniza en la frente a los fieles o dejando caer un poco de ceniza en sus cabezas mientras recita una de las siguientes frases de las Escrituras:

1. Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida (Gén. 3:19)

2. Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás (Mc. 1:15)

3. Arrepiéntete y cree en el Evangelio (Mc. 1:15) Es costumbre dejar la ceniza hasta que esta desaparezca por sí misma.

La imposición de ceniza nos enseña que todo lo que tengamos y sea material se acaba, pero todo el bien que hayamos ido acumulando nos lo llevaremos con nosotros a la eternidad, osea que al final de nuestra vida, sólo nos podremos llevar aquello que hayamos hecho por Dios y por los demás. Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios, ya que esa cenizas representa nuestros egoísmos, peleas, mentiras, pereza en el estudio, falta de cariño, falta de respeto a nuestro padres o amigos…, males que hemos quemado y que por tanto queremos que se conviertan en paz, amistad, solidaridad, amor, dulzura, comprensión…

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